EL PATIO AZUL

Blog del Círculo literario EL PATIO AZUL, en él encontrarás poesía de variada temática, lo social se funde con lo metafísico y aparece reflejado en una filosofía que flota en cada verso. También la narrativa se desliza breve, con talento y sensibilidad.

Wednesday, April 11, 2007

“La Celebración Continúa”: El Poeta Santiago Aguilar está en Cajamarca para presentar su nuevo libro.





Santiago Aguilar Aguilar (1940) Estrechos vínculos afectivos lo atan a esta tierra, es integrante del famoso grupo Trilce, lazos estrechos con sus integrantes, entre ellos: Eduardo Gonzáles Viaña, Díaz herrera, Gerardo Chávez, Ricardo Ayllón y Juan Morillo Ganoza, entre otros destacados escritores. Autor de Tinieblas Elegidas (1964) De Rogelia al infierno (1967) Confesiones fuera del almanaque (1970) Barajas para ganar y vencer el tedio (1972) Semilla de viento (1978) coral de Roca (1984) Puerta de espera (1991) La Celebración Continua (2000). Vuelve a llenarnos de gozo con La celebración Continúa (2007)(La tilde marca la diferencia en el nombre del poemario)Dos cafés y una conversación

Atravesamos la plaza y entramos a un céntrico local de la ciudad. Mesa número treinta y ocho. Su mirada es penetrante y tiene ese aire intelectual que se siente cuando un gran maestro se tiene en frente. Su impecable terno azul es un traje a la medida como a la medida es esa mirada para esos ojos profundos y a veces ausentes. Introduce su mano en el interior del bolsillo de la camisa y saca una cajetilla de cigarros. Me ofrece uno y acepto. Son los cigarros que suele fumar cotidianamente, mentolados.
Un mozo se acerca con una carta y se la extiende, sus labios pronuncian un café y el silencio se quiebra. Pido un café también. El pide un cenicero y se queda en silencio mientras su mirada se pierde en el tiempo, atravesando ríos de horas vividas y elegidas por su instinto de poeta. Me habla de Francia y España, de sus conferencias vallejianas por el mundo. Oírlo hablar es una catarata de sabiduría y de misterios, a ratos se ríe profundamente como evocando una historia felizmente vivida.
Y ahí nace el sueño. Le hablo de Oscar Imaña, mi paisano, el que fue compañero de Vallejo y Víctor Raúl, de Spelucín y de Orrego. Le digo que tengo la llave en donde habita toda la poesía de don Oscar. Sus ojos se iluminan, brillan como dos estrellas fugaces dispuestas a hundirse en la oscuridad del universo. No puede creerlo y me pide que le repita ese sueño que es una verdad telúrica. Le vuelvo a repetir, esta vez con calma. Mira a ambos lados como sugiriendo un cauto silencio, parece que ha encontrado el mapa de un tesoro y eso lo emociona.
Y empezamos a proyectarnos en líneas paralelas mientras se abaten los cigarros y el café humea cada vez menos tibio. Sus ojos vuelven a brillar y su alma es un haz entre todas esas gentes que lo contemplan desde lejos al pasar. Hacemos planes y viajamos en barcos de papel a ciudades distantes en pos de nuestro tesoro. Hablamos del mañana que quién sabe si ha de llegar. Pero somos dos niños grandes jugando en la mesa de un café, jugando a buscar tesoros y a encontrar mapas extraviados en el tiempo.
Me habla de Dios y del tiempo. Que ya habrá una mujer tatuada en la piel del alma mañana, que no habrá tristezas y que un día los hijos vuelven como palomas al nido. Que la fuerza de la sangre no puede negarse. Su blanquecino bigote lo hace un tipo entrañable. Su café se termina a sorbos y vuelve a sonreír. Habla de Vallejo, de Imaña, de Neruda y de sus amigos los poetas lejanos.
De “La Celebración Continúa”

Pero esta vez Santiago Aguilar ha venido a quedarse por unos días. Este viernes presentará su libro en la Semana Poética de nuestra ciudad. Un poemario que abarca la continuidad de lo simple hasta la profundidad del cosmos. La celebración permanente y renovada en cadena, pero no de aprehensión, sino de libertad continua como el agua de un río inagotable que fluye desde la creación. Santiago es un poeta humano que acaricia el limbo de lo divino en versos libres fluidos y enérgicos. Delgado decía: Toco una mano y toco todas las manos de la tierra. Santiago en su celebración toca un verso y toca todos los instantes del universo desde su creación hasta ese instante indefinido.


De él y su obra el primer crítico de la poesía en el Perú, Ricardo Gonzáles Vigil ha escrito:

“…Este nuevo poemario no oculta su hermandad con Whitman: uso del versículo (de raigambre bíblica) rehecho como verso libre; elogio de la "hierba" y, en general, actitud celebratoria de todas las criaturas del universo, todo ello impregnado de religiosidad cristiana con rasgos panteístas, esto último significativo en un poeta andino como es Aguilar.
Además, Aguilar dialoga creativamente, sin calco alguno, con Martín Adán ("La mano desasida") y Julio Garrido Malaver ("La dimensión de la piedra") en su "Celebración de la piedra"; con Ernesto Cardenal ("Cántico cósmico") en su "Celebración de la inmensidad sin nombre"; con Pablo Neruda, al celebrar el amor; y con Vallejo, al celebrar la madre, el padre y su humanísima "Celebración perdida". Nexos que hablan elocuentemente de la altura de su canto y su desafío creador. Estamos ante un heraldo del amor y la esperanza a escala cósmica.

Diario El Comercio Viernes, 6 de abril de 2007
 

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