EL PATIO AZUL

Blog del Círculo literario EL PATIO AZUL, en él encontrarás poesía de variada temática, lo social se funde con lo metafísico y aparece reflejado en una filosofía que flota en cada verso. También la narrativa se desliza breve, con talento y sensibilidad.

Friday, January 05, 2007

Homenaje: El mestizaje como herencia




José Antonio del Busto (1932- 2006), dejó casi terminado un gran diccionario sobre los conquistadores.
El legado del historiadorAntes de acabar el año se apagó la vida de uno de los últimos grandes historiadores peruanos: José Antonio Del Busto Duthurburu. Biógrafo de Pizarro, fue quien más defendió la tesis del mestizaje.

Por: Jorge Paredes

Hace tres años, con ocasión de las Fiestas Patrias, en El Dominical se nos ocurrió reunir a dos historiadores para que dialogaran en torno a los conceptos de "patria, nación e identidad". Por un lado se convocó a Percy Cayo, un estudioso de la historia naval peruana y de las contradicciones del Perú republicano; y por el otro a José Antonio del Busto, el historiador de la Conquista, entendida como la etapa fundacional del Perú, y autor de la biografía más completa de Francisco Pizarro. La elección no pudo ser más acertada. Ambos acudieron a la cita y como los dos viejos amigos que eran empezaron un diálogo fluido que se prolongó por más de una hora y que después ordenaron por escrito. A los tres temas propuestos, ellos añadieron un cuarto ítem: El Perú que llegó a 1821. Ahí dejaron sentadas sus posiciones sobre lo peruano: "la promesa de la vida peruana", decía Cayo, parafraseando a Basadre; mientras que Del Busto abogaba por la idea del mestizaje como sinónimo de "fraternidad". "El indigenismo y el hispanismo en exceso separan; el peruanismo, y de hecho el mestizaje, unifica", escribió en aquella ocasión.

El destino ha querido que ahora ambos ya no estén con nosotros. Cayo falleció hace dos años y esta semana murió José Antonio del Busto. Más que un historiador, Del Busto era un creyente de las posibilidades del Perú mestizo, de ese país producto del encuentro -con todos sus conflictos- entre lo hispano y lo autóctono; entre lo europeo y lo andino; un mestizaje que, decía, no era ya tanto racial sino cultural y cuya marca impregnaba todo lo peruano, desde la comida hasta la ropa. Gran parte de su vasta obra (cerca de cincuenta libros) gira en torno a este compromiso.

Del Busto pertenecía a esa casta de historiadores meticulosos y fervientes, en la línea de Porras, Basadre o Lohmann. Un historiador apasionado, pero que nunca aventuraba una especulación, sino por el contrario, tenía siempre la contundencia del dato preciso. Ahí está su minuciosa biografía sobre Pizarro, la más completa que se haya hecho en el mundo sobre el conquistador; o su biografía sobre Túpac Yupanqui, cuya redacción le tomó varias décadas de investigación y lo hizo arribar a una conclusión sorprendente: el inca había descubierto Oceanía.

Para probar lo dicho, Del Busto no dudó en hacerse a la mar y seguir la ruta que habría seguido Túpac Yupanqui.

Quienes lo han conocido lo recuerdan como una persona de ideas seguras y firmes, las cuales siempre defendía con entereza. La misma que tuvo para salir a cuestionar la decisión de la Municipalidad de Lima de retirar el monumento de Pizarro de la Plaza Mayor. "Podrán sacarlo de ahí, pero de la historia jamás", dijo y pocos entendían que lo que en realidad defendía era el origen del Perú en ese cruce entre conquistadores y conquistados. "No somos ni vencedores ni vencidos, somos descendientes de los vencedores y de los vencidos", dijo en otra ocasión. Joseph Dager, profesor de la Universidad Católica, resalta el pensamiento peruanista del maestro: "Él estaba convencido de que si los peruanos nos reconociésemos cada vez más como mestizos, seríamos más solidarios y tolerantes, y caminaríamos hacia la integración".
Hoy Del Busto aguarda el juicio de la historia, la que probablemente terminará dándole la razón. (JPL) Viajero tenazHabía escuchado de sus viajes a la Polinesia, a la Antártica, al norte del África, o su reconstrucción de la travesía de Orellana por el río Amazonas. Cuando fui su alumno, quedé marcado con su descripción de los viajes de Pizarro y la captura del inca Atahualpa en la plaza de Cajamarca. Ya como alumno avanzado de Historia, tuve la responsabilidad de reemplazarlo durante un mes en su curso de Historia del Perú, cuando se fue a reconstruir el segundo viaje de Colón. Así fue don Antonio del Busto, viajero tenaz; el único historiador peruano -como decía- que había pisado los seis continentes. A inicios de los 90, tuve el privilegio de recorrer con él buena parte del Perú. Y de todos esos periplos, quizá el que más me marcó fue el que hicimos a Ayacucho. Recuerdo su reflexión sobre nuestra independencia en la Pampa de la Quinua; la escalada a la cueva de Pikimachay; la travesía a la mítica Vilcashuamán, donde está el único ushnu -o trono- del Inca que se conserva en el Perú. Así era Del Busto: una enciclopedia viva. De él aprendimos esa "terca apuesta por el Perú". (Juan Luis Orrego, historiador PUCP)

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