EL PATIO AZUL

Blog del Círculo literario EL PATIO AZUL, en él encontrarás poesía de variada temática, lo social se funde con lo metafísico y aparece reflejado en una filosofía que flota en cada verso. También la narrativa se desliza breve, con talento y sensibilidad.

Thursday, November 30, 2006

INC VUELVE A LANZAR TIENDA DE ARTESANIAS


Hoy jueves 30 de noviembre, el Instituto Nacional de Cultura de Cajamarca abre las puertas de su renovada Tienda de Artesanías Cajamarquinas, con la presencia de los mejores artesanos de este departamento. Conocer su arte, promocionarla y difundirla es la tarea que el INC – Cajamarca asume con mucho compromiso y cariño. Estas obras maestras son motivo de orgullo, ya que manifiestan la capacidad de esfuerzo, trabajo y creación de hombres y mujeres, artesanos de Cajamarca.

“Las tradiciones artesanales de Cajamarca, se insertan dentro de un bagaje cultural heredado de padres a hijos en el seno familiar, quienes para elaborar sus obras día a día, deben enfrentarse a los retos que les plantea su creatividad, sus condiciones económicas y las presiones del mercado” (Tomado del Libro “Arte Popular de Cajamarca”, de Marcela Olivas W.).

Invitamos a todo el público, local y visitante, a encontrar los más lindos productos artesanales, en la Sala Mariano Iberico del Conjunto Monumental de Belén. Este singular rinconcito se abre, con aproximadamente 10 maestros artesanos, de gran trayectoria y experiencia que, de acuerdo a su técnica, nos mostrarán su arte, creatividad y calidad de producción.
Así tenemos:
En Tejidos
A la señoras Nery Cubas, Lorena Medina y a la ganadora del concurso Maestros Artesanos del Perú, Barbarita Mendoza, de la Asociación Sabine Vess de la provincia de San Miguel
Tejidos a crochet
Señora Odilia Plasencia
En cerámica
A Teófilo Huaccha de Keramic Makkas
Artesanos de la Asociación Caxamarca
En Piedra
Al maestro Francisco Terán y David Fernández Chilón
Artesanía de Chota
Al señor Mariano Herrera Barboza de la Asociación Manos Amigas Chota También estarán presentes los Artesanos de Eprocoar Cajamarca.

“El verdadero artista dialoga con su propio corazón.
Hace hábiles sus manos
Hace vivir las cosas, las crea,
Humaniza el corazón de la gente
Ayuda a descubrir su raíz en la tierra”
Poema Náhuatl.

Primero de diciembre, día mundial de lucha contra el SIDA

Por: Jaime Abanto Padilla

El Día Mundial contra el SIDA, el 1 de diciembre, es un día para recordar y demostrar solidaridad con las personas infectadas y afectadas por el VIH y el SIDA. También es una oportunidad para reclamar mejoras en sus vidas y terminar con la pandemia mundial. Cajamarca no es una ciudad que escape a esta pandemia, estamos infestados de clubes nocturnos y de personas que encontraron en el servicio sexual una manera de ganarse la vida. Vivimos en una urbe circundada de lupanares. Y de desdichados que las regentan amparados en leyes débiles e indiferentes.

¿Alguna vez has pensado que para cuando acabe el día mil personas habrán muerto a causa del SIDA en Sudáfrica? ¿O que cada mañana en India, 5,7 millones de personas se despiertan sabiendo que son seropositivos? ¿O que en los países en vías de desarrollo solamente el 12% de las personas que necesitan un tratamiento antirretroviral lo reciben? ¿Y que cuando acabe este día cuatro mil personas habrán sido contagiadas con la enfermedad?

El Día Mundial contra el SIDA, fundado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1988, ha sido designado especialmente como un día para recaudar fondos para combatir el VIH y el SIDA, sensibilizar a la gente sobre la enfermedad y luchar contra la estigmatización y el prejuicio. A menudo se piensa que el seropositivo o que el contagiado es un marginal que debe ser condenado al destierro y discriminado en todos los ámbitos. Una errónea información hizo creer que el SIDA era una enfermedad que solo se daba entre homosexuales o bisexuales, hoy se ha demostrado que el SIDA ataca silenciosamente a homosexuales, heterosexuales, niños, recién nacidos y ancianos, es decir a todo el género humano. Actualmente por cada tres hombres infectados existe una mujer infectada, cuando anteriormente la cifra era de diez hombres por cada mujer. El motivo, la infidelidad que al igual que la enfermedad es silenciosa. Muchas mujeres probas fueron contagiadas en deslices amorosos de sus parejas, en furtivos encuentros sin medios preventivos que los protejan y sin saberlo y sin quererlo han condenado a una muerte lenta a su pareja.

La prevención del VIH da resultado, pero necesita orientarse y sostenerse. Los nuevos datos ponen de manifiesto que la ampliación de los programas de prevención del VIH que están orientados y adaptados a las personas más expuestas al riesgo de infección por el VIH están haciendo avances: mayor uso del preservativo, aplazamiento del inicio sexual y menos parejas sexuales. No importa ya como empezó la enfermedad, tampoco si es una plaga del Apocalipsis, Importa qué podemos hacer nosotros por ello, por aquellos que tuvieron el infortunio de contagiarse consciente o inconscientemente, por aquellos inocentes contagiados y mutilados de esperanza para siempre, por aquellos que en nuestra patria no pueden pagar un tratamiento tan costoso.

Más que el propio SIDA puede matar nuestra indiferencia, la crueldad vulgar del que ignora y de aquel que piensa “Nunca a mí”. La indiferencia es la enfermedad más letal de la humanidad, la que puede acelerar las muertes de tantos infortunados que pueden recibir un poco de esperanza mientras aguardan ese instante que un día nos llegará para todos.

CONCURSO


La PUCP convoca a los autores de nacionalidad peruana menores de 40 años a participar del Premio Nacional PUCP que premiará con $10 000 a los mejores trabajos en cada una de las siguientes categorías: poesía, ensayo y, por primera vez, novela. Las inscripciones son del 6 de noviembre de 2006 al 28 de febrero de 2007.

El Premio Nacional PUCP, que cuenta con el auspicio de la Fundación Carlos Rodríguez – Pastor Mendoza, busca ser un promotor de la cultura e integrar a la empresa privada con la Universidad y la comunidad intelectual.

Es la segunda vez que este premio convoca a los autores peruanos que al 31 de octubre del 2006 no hayan cumplido 40 años. En el año 2004 sumaron cerca de 1500 originales enviados, en los géneros de ensayo, poesía y cuento.

Presentación

Como casa de la cultura, la Pontificia Universidad Católica del Perú ha advertido siempre, a lo largo de sus ya noventa años de existencia, la importancia de establecer y estrechar vínculos entre nuestra nación y sus ciudadanos. Por ello se ha preocupado en abrir espacios de diálogo y de generación de ideas en las más variadas ramas del saber, a fin de avanzar en la búsqueda de una mejor comprensión del hombre y su comunidad.

Junto con ello, nuestra institución ha mostrado un permanente interés en promover una cultura de la creatividad en su sentido más amplio, es decir, no restringida a una actividad específica, sino abierta a considerar la producción de obras que, desde diversos ámbitos del quehacer humano, redunden en beneficio de la construcción de una sólida identidad nacional y un auténtico desarrollo de nuestro país.

Es en este marco que, frente a la casi inexistente participación del Estado en la indispensable tarea de brindar apoyo y aliento a las iniciativas culturales, consideramos oportuna la creación de un Premio Nacional que, dotado de un reconocimiento económico importante, estimulara la creatividad artística, al tiempo que se convirtiera en un real puente de cultura entre todos los peruanos. Así, en su primera versión del 2004, este certamen destacó el trabajo de creación en las áreas de poesía, cuento y ensayo. En su segunda edición, el objeto de la convocatoria fue la fotografía. Y hoy, en este tercer año, nos es muy grato realizar nuestro llamado de obras de poesía, novela y ensayo.

Debe resaltarse que este premio ostenta, desde su concepción, dos particularidades esenciales. La primera es que es de alcance nacional, esto es, que su llamado se extiende a todos los rincones de nuestro país. La otra característica que lo hace especial es que se encuentra dirigido a creadores menores de cuarenta años. Busca ser, de esta manera, un premio no para artistas consagrados, sino consagratorio de los talentos más jóvenes.

Como todos los grandes esfuerzos, éste supone un trabajo conjunto. Debemos expresar por ello nuestro comprometido reconocimiento a la Fundación Carlos Rodríguez-Pastor Mendoza, institución que generosamente nos ha brindado el apoyo financiero para la realización de esta nueva convocatoria. Agradecemos igualmente la valiosa colaboración de la Empresa Editora El Comercio que hará posible la difusión de este premio.

Gracias a esta confluencia de voluntades, la Pontificia Universidad Católica del Perú puede refirmarse una vez más en su esencial compromiso con el quehacer cultural y poner de relieve no sólo los logros de nuestros nuevos valores, sino también la riqueza y la vitalidad de las que goza en general la actividad creadora en nuestro medio.

ING. LUIS GUZMÁN BARRÓN SOBREVILLARECTOR DE LA PONTIFICA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ

Premios

1 premio de US$. 10.000
para el ganador de cada categoría: poesía, novela y ensayo.
2 premio de US$. 1.000 c/u
para los 2 finalistas de cada categoría: poesía, novela y ensayo.
1 trofeo creado por Carlos Runcie Tanaka
para los ganadores de cada categoría: poesía, novela y ensayo.
Publicación de las obras ganadoras de poesía, novela y ensayo, a cargo del Fondo Editorial de la PUCP.

Presentación del concurso

Jueves 30 de octubre del 2006, en el auditorio del Interbank.
Carlos Villarán 140, Balconcillo, La Victoria.

Tuesday, November 28, 2006

El lago del celular perdido


Por: Jaime Bayly

Solía jactarme de no llevar conmigo un teléfono celular, hasta que las mediocres circunstancias que rodean mi vida me obligaron a traicionarme una vez más y comprar un celular en Miami para atender los asuntos siempre urgentes –y casi siempre irrelevantes– del programa de televisión que presento en esa ciudad. Compré un aparato caro y sofisticado, ultraliviano, de color negro, con un número de funciones que nunca sería capaz de comprender, y, a pesar de la insistencia de la vendedora venezolana, me negué a firmar un contrato con la compañía. Preferí adquirir el teléfono, cargarlo con una tarjeta de cien dólares y continuar usando esa modalidad, la de comprar tarjetas cuando el crédito estuviese por expirar, pues ese sistema, conocido como “prepago”, me concedió el dudoso placer, en medio de la vergüenza y el fastidio que me asaltaron al convertirme en un rehén más de la cultura celular, de sentirme algo menos prisionero.
Me resultó enormemente difícil elegir el tono musical que debía sonar cuando me llamasen, la imagen que serviría como telón de fondo en la pantalla, el idioma en que aparecerían las palabras (estuve tentado de usar el mandarín) y el nombre del usuario (siempre me ha parecido que Jaime es un nombre chato, seco, desangelado, pusilánime, lo que por otra parte me hace justicia y revela cuán perspicaces fueron mis padres en adivinar mi carácter). Semanas después, llegué con mis dos hijas a Buenos Aires un martes de primavera.
El viaje consistió en dos tramos que duraron casi lo mismo: Lima-Buenos Aires, en avión, y Ezeiza-San Isidro, en taxi, por la avenida general Paz, a las siete y media de la mañana. Esa tarde, tras descansar unas horas, fuimos caminando a una tienda de telefonía móvil y compramos un “chip” que nos permitiese usar mi celular también en Buenos Aires, con un número local y cargándolo con tarjetas. Al salir de la tienda con mi celular activado, me sentí socio de Microsoft o de Google o de Youtube. Me maravilló que mi vida hubiese dado ese salto tecnológico alucinante.
Luego llamé a mi productor en Miami, me contó apesadumbrado que una entrevista que dejé grabada había salido sin audio, provocando la comprensible indignación del público, y recordé las minúsculas, bochornosas dimensiones de mi existencia. Del mismo modo que en Miami, sólo usaba el celular en Buenos Aires cuando era estrictamente inevitable, pulsando la tecla de altavoz y alejándolo todo lo que fuese posible de mi cabeza, pues estaba convencido de que las ondas que irradiaba ese adminículo impertinente me provocaban dolores de cabeza, a menos que usara el altavoz y lo mantuviese a cierta distancia de mis orejas. El jueves, día de acción de gracias, mis hijas y yo fuimos a los bosques de Palermo, caminamos por el rosedal y decidimos dar un paseo en bote por el lago de aguas verdosas. Tras pagar quince pesos y embutirnos en unos chalecos rojos salvavidas, subimos al botecito de madera y empezamos a remar con tanta torpeza como alegría.
Fue un momento de intensa felicidad, quizá el mejor recuerdo que guardo ahora de aquel viaje. Nos hicimos fotos cegados por el sol de la tarde, alimentamos con dos alfajores Jorgito a un pato feo y encantador, remamos chapuceramente a ninguna parte, las niñas dijeron vulgaridades espléndidas que me hicieron reír y, cuando nos cansamos de remar, dejamos que las aguas mansas se ocupasen de mecer el precario botecito, mientras mi hija mayor me pedía que viniésemos a vivir un tiempo a Buenos Aires. Luego volvimos al muelle con ganas de tomar un helado. Mis hijas bajaron con agilidad, tomadas de la mano por el administrador del negocio. Cuando llegó mi turno, me puse de pie, el bote se encabritó un poco, hamacándose peligrosamente, y conseguí dar un salto al muelle. Al hacerlo, algo se deslizó del bolsillo de mi pantalón, rebotó en el filo mismo del muelle y, caprichosamente, pudiendo haber quedado de nuestro lado, sobre los tablones de madera, cayó al agua ante la mirada atónita de mis hijas. -¡Tu celular, papi! –gritaron. Pero ya era tarde. El aparato negro se hundió de inmediato en esas aguas densas, misteriosas, y desapareció para siempre.
-Un celular más que se cae al lago –dijo el administrador–. No sabés cuántos he visto hundirse. Debe haber como mil allá abajo. Mis hijas lamentaron el incidente, me llenaron de mimos y prometieron que me regalarían un celular nuevo, pero yo me sentía extrañamente aliviado y feliz, como si el destino o el azar o algún designio superior hubiese obrado un pequeño y oportuno milagro, el de arrebatarme suavemente ese aparato innecesario, recordándome las ventajas del silencio y, de paso, restaurando una cierta armonía que el celular, con sus constantes interrupciones, había quebrado. -No volveré a comprar un celular –dije, mientras comíamos helados a la sombra–. He comprendido el mensaje del lago. -Eres un tonto –me dijo mi hija mayor–. No hay ningún mensaje. Se te cayó porque no lo guardaste bien. No le eches la culpa al lago.
Al final de la tarde, fuimos a los cines de la esquina de las calles Bulnes y Beruti, vimos una película alemana sobre una joven que enfrentó a los nazis y murió en la guillotina y luego, para celebrar el día de acción de gracias, cenamos pavo con puré en un hotel muy elegante, rodeados de comensales que hablaban en inglés y cuidaban con celo sus carteras y reían escandalosamente. Como era el día de dar gracias, pensé que debía agradecer a quien correspondiese por haberme privado de seguir padeciendo la minuciosa tortura del celular. Al llegar a casa, pasada la medianoche, había un mensaje de la madre de mis hijas en el contestador. Decía que la salud de mi padre había empeorado, que a duras penas podía hablar, que estaba allí en la clínica con él llamándome para que hablásemos un ratito, que me había llamado varias veces al celular pero nadie contestaba, que por favor llamase de vuelta porque mi padre quería hablar conmigo y no quedaba mucho tiempo. El lago de Palermo se tragó esa conversación, que pudo ser la última.

Cuando los reinos se abren


Por: Jaime Abanto Padilla

El fin de semana se presentó en Cajamarca el libro de Érika Almenara, coincidía con el día de la no violencia hacia la mujer. Érika se lució con brillantez como suele hacerlo en su ciberespacio, su verbo es sencillo y sabe calar en lo más profundo de los sentimientos. A diferencia de otras presentaciones el recinto estuvo lleno, aún los grupos de poetas que se han disgregado por afanes mezquinos de protagonismo, esa noche se dieron cita para conocer a la autora de “Reino cerrado”.

Pocas presentaciones de libros en nuestra ciudad tienen tanta acogida como la tuvo la presentación de Érika, pocas veces se congrega una mixtura tan plural en un evento de esta naturaleza. Fue la oportunidad esperada para conocernos personalmente, pese a que veníamos trabajando juntos en el proyecto hacía varias semanas. Fue la oportunidad para revisar el inventario de los días en un año que ha sido prolífico en cuanto a obras literarias. También pude conocer personalmente a Cesi del Angla, un transexual que tuvo la gentileza de asistir esa noche, un ser humano que fue aplaudido por su lucha a favor de su comunidad y por su valentía para vivir honestamente en un mundo deshonesto donde la mentira es el pan nuestro de cada día. Y hubo muchas fotos para retratar ese momento, poetas, público asistente, declamadores, cantantes, todos en un momento feliz. Momento de poesía telúrica y dulce. Érika Almenara fue la reina de aquella noche azul, remató la faena con un discurso que la conllevaba a un nacimiento nuevo, a ser una hija de Cajamarca, una voz en la garganta del Cumbe, aquí donde Atahualpa y miles de indígenas derramaron su sangre en esa plaza hoy reconstruida sobre tardes negras del pasado. O como ella misma lo narra en su blog: www.littlegirlinblue.blogspot.com

“…Las 7PM. Hora de partir hacia el INC de Cajamarca. Sentir nervios, comenzar a beber vino, fumar tres cigarros, conocer a Jaime Abanto, su sabiduría, su sencillez, su buena disposición, su cariño. Compartir con otros poetas, sentirme en casa. Recibir el saludo cordial de extraños que me felicitan y en sus rostros pintan sonrisas inolvidables.

Las amigas del colegio, las chicas de cada día, de cada fin de semana, las del gimnasio, las de aquellas mañanas de desolación y desencanto siempre detrás de una para darle el pie de salida hacia la nueva vida. El buen cariño, el buen cariño tantas veces nombrado y compartido: Janet, Maggy, Juanita y Leyla.
Rostros conocidos y desconocidos frente a mí con el mejor de los dones que la humanidad puede ofrecer, compartiendo conmigo, temblando conmigo, inflamándose con cada palabra de Socorro Barrantes, William Guillén y Jaime Abanto. Mi Reino comienza a abrirse y me siento una ALMENARA que se consume al pararse frente a su público para dirigir las palabras de agradecimiento. Y digo, y siento que Cajamarca me hizo “despertar” de una forma especial a la vida. Que yo me he modificado en esta ciudad, que me he re-creado, he re-creado mi cuerpo; y que por tanto, puedo decir que Cajamarca, también me ha parido pues ha encendido mis luces.
Podría sonar tonto pero yo esta noche sentí a la humanidad. Estaba fuera de mi Lima, acompañada por gente no sólo de Cajamarca, sino también de otros lugares de este Perú que se dibuja distinto frente a mis ojos. Estaba rodeada de personas de distintos mundos, de distintos sexos y distintos sueños: un pequeño trozo de humanidad junto conmigo. Y me digo "es eso, Eri, de eso se trató siempre, de compartir con la gente, de mezclarse con ella y de hacer algo a través de lo que sabes hacer: escribir". Es en la misma gente donde me reencuentro conmigo, es en la palabra de un transexual que me dice que si hubiese nacido mujer, le hubiese gustado lucir como yo, donde me afirmo; es en la palabra compartida con el otro donde existo…”
Gracias Cajamarca.

Thursday, November 23, 2006

Poemas póstumos de Pablo Guevara


Por: Pedro Escribano

•• LA DESPEDIDA DEL VATE • El desaparecido poeta aun hospitalizado llegó a escribir el poemario Hospital • Sus amigos y discípulos reuniendo esfuerzos lo han publicado y lo presentarán en los próximos días en la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos.

Pablo Guevara. El poeta escribió hasta el fin de sus días. Sus amigos presentarán poemario póstumo.


Como suele suceder con los hombres de obras verdaderas, el poeta Pablo Guevara no se ha ido. Si bien falleció el pasado 1º de noviembre, su poesía, y él mismo, habita entre nosotros. Prueba de ello un grupo de poetas jóvenes, amigos y discípulos del autor de Un iceberg llamado poesía, el próximo jueves 30 presentarán Hospital, su poemario póstumo.Rodolfo Ybarra, Rubén Quiroz, Rafael Espinosa, Gonzalo Portals y Gladys Flores, con la anuencia de la familia del desaparecido poeta, han hecho un esfuerzo común para publicar este poemario a pocos días de la partida del vate. Hospital (impreso por la editorial San Marcos) es un poemario escrito en el tránsito hacia el fin, cuando, hospitalizado, el poeta sentía el golpe de las olas frías de la muerte. Resquebrajado en su salud, como gran timonel, con el lapicero en la mano, el poeta no dejó de escribir.


Sus versos póstumos: “otra vez aparece un trasatlántico en mi vida... herido de muerte acaso...” (...) grafica con nitidez la conciencia de estar cerca del acabamiento, el drama, aunque sea obvio, de saberse un pasajero mortal en este trasatlántico que llamamos vida y/o sociedad. La lectura de los poemas inéditos que ahora publicamos no nos dejan mentir.

Solo habrá que recordar que Pablo Guevara nació en Lima en 1930. Fue miembro de la generación del 50. Publicó Hotel Cusco, Crónica contra los bribones, La colisión, entre otros libros.Antes del fin, Guevara ingresó de emergencia al Hospital Rebagliati el 28 de agosto de 2006 y se internó hasta el 11 de setiembre. Fatal. Se le diagnosticó leucemia mieloide. Entre el 6 y el 25 de octubre tuvo un cuadro de neumonía. Los e-mails, como el “abisa a los compañeros” vallejiano corrieron entre amigos solicitando con urgencia sangre. Pablo murió el 1º de noviembre (“¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!”). Como se explica en la solapa del libro, Hospital fue escrito entre el 3 y el 11 de setiembre, en el cuarto 661, durante su primera permanencia. Entre el 11 y el 30 de ese mes el poeta lo concluyó en casa.

PRESENTACION
Hospital se presentará el 30 de nov. en el auditorio de Letras de la Universidad San Marcos con las palabras de Marco Martos y Santiago López Maguiña.
Leerán los poemas, además de los editores, José Watanabe y Jorge Pimentel.

ADELANTO
Tres poemas del poemario póstumo Hospital que los amigos y discípulos de Pablo Guevara han logrado publicar. El primero, que es la apertura, y los siguientes corresponden a episodio 1 y episodio 2, como los ha denominado el grupo de poemas el recordado vate:
-----------------------------
otra vez aparece un trasatlántico enmi vida… herido de muerte acaso…(lo veo acoderado entre las avenidasSalaverry y Arenales aunque no logrosaber cuál es la proa cuál la popa…desconozco estos inciertos muelles yla carta de navegación distrital de Jesús María)y tronaban como júpiter
-----------------------------
primeras incoherencias 1 a.m. la habitación cueva de al lado rebasaba de aullidos… parecían los de un animal poderoso portentoso mitológico furioso… de repente se trocó en juvenil voz de mujer muy entristecida que decía sollozando entrecortadamente...:
«por qué tengo que tener los zapatos más feos de este lugar… no sé»… –y sonó como una gran explosión– y otra vez esos aullidos salvajes aun peor que antes…
-----------------------------
segundas incoherencias 2 a.m. - 5 a.m. el viejo por tres noches pifió como en los estadios … [las ovejas enfermeras y técnicas entraban y salían apresuradamente… frente a mí un viejo cuadro del Doré en vivo (sí Gustave, el del Inferno) un viejo total calva monda el muslo musculoso plegado como en los grabados y elevando los brazos a los cielos… mi placer sin embargo no alcanzaba a mi desconsuelo… yo estaba con él en el grabado…] pero el viejo de la habitación del fondo todavía era un bocatto de horror [las ovejas seguían saliendo apresuradamente al trote… él invitando a gritos a que lo toqueteasen como fuera… «¿ven esta pita?… tiene un nudo… hay que deshacerlo… agarre nomás señorita… o señora… es un nudo… un nudo nada más…»] y el maldito viejo a mi lado que fingía dormir rompía a pifiar fuera de sí como en los estadios… 5… 7 veces… y más veces cerca de mi oído la guerra de los hielos seniles se había desatado… la humanidad entera vieja estaba a mi lado rugía el océano de encrespadas olas… trataba de avanzar y sortear todos estos arrecifes como sea…

Wednesday, November 22, 2006

Reino Cerrado en Cajamarca




Instituto Nacional de Cultura – CajamarcaEl INC Cajamarca, el Centro Cultural El Patio Azul y la Asociación de poetas y escritores de Cajamarca tienen el agrado de invitar a usted a la presentación del poemario:

“Reino Cerrado”

De la poetisa Érika Almenara Ávalos.

Presentación a cargo de:Socorro Barrantes Zurita, William Guillén, Jaime abanto Padilla

Día: Sábado 25 de Noviembre
Hora: 7:30 de la noche
Lugar: “El Capulí” Café, Conjunto Monumental de Belén

Marcela Olivas Weston y Érika Almenara, agradecen gentilmente su asistencia.

Cajamarca, noviembre de 2006

Monday, November 20, 2006

Libros de guerra



Por Nilton Torres.

Como si fuera necesario escribir (y leer) sobre la violencia interna para intentar cerrar las heridas que esta produjo en el país durante 20 años, ya es larga la lista de autores que se han sumado a esa corriente. ¿Será que estamos hablando de una literatura peruana post guerra? Una nueva discusión queda abierta.


Nicomedes Sierra es cruel. No le tiembla la mano si se trata de masacrar a un terruco, y tampoco si lo tiene que matar. Pero cuando llega la noche y su mujer muerta se le aparece entre el sueño y su realidad, despierta su mundo lírico, aquel donde no tiene cabida el salvajismo del que hace gala, y donde expresa su –también– sensible humanidad. No es un héroe, tampoco un villano. Es solo un ser que debió enfrentar con las armas a su alcance al terror que se cernía sobre su mundo, aquel bucólico paraíso andino que se tiñó de sangre durante los veinte años que duró la guerra interna en el país.

Nicomedes Sierra no existe, es el personaje de una novela cuyo autor, el periodista Víctor Andrés Ponce, cataloga en un género, si se quiere, incipiente en nuestro país, pero con un sinnúmero de pares a lo largo del mundo y su historia. ‘Literatura de posguerra’ le llaman, y se refiere a los proyectos literarios que empiezan a surgir sobre la base de un conflicto y la memoria de un pueblo que se gesta en el contexto de la violencia sufrida.

Historias de desencuentros
"Las obras más importantes sobre la guerra, ya sea en literatura, en el cine o en teatro, se dan algunos años después de terminado un conflicto. Es como si la sociedad y sus actores deban tomar distancia. Mira lo que pasa en Chiapas, la guerrilla en Centroamérica y en Colombia, el conflicto en Medio Oriente. Muchos aún continúan, pero ya se presentan intentos de contar esas historias de desencuentros en una sociedad que lleva a sus hombres y mujeres a matarse entre sí".

Cueto señala que un escritor escribe de lo que lo conmueve. No más.Ponce dice que en ese contexto puede entenderse su novela y otras como "La Hora Azul" de Alonso Cueto (Premio Herralde de Novela 2006), "Abril Rojo" de Santiago Roncagliolo (Premio Alfaguara), algunos cuentos de Daniel Alarcón aparecidos en "Guerra a la luz de las velas", y los relatos reunidos en "Toda la sangre", la antología editada recientemente por el crítico literario Gustavo Faverón Patriau.

En estos trabajos se pueden identificar distintas formas de percibir lo vivido durante veinte años de violencia en nuestro país y la guerra interna que enfrentó al Estado con Sendero Luminoso y otros grupos armados. Pero también al pueblo con grupos paramilitares avalados por ese mismo Estado que debía protegerlos.

"El mundo está interesado en recoger historias que puedan ayudar a explicar el desencuentro planetario que vivimos", dice Ponce, quien jura estar presenciado el surgimiento de la literatura de posguerra en el Perú, aunque sus colegas nombrados no compartan eso al ciento por ciento.

Hablar de lo que nos conmueve
Alonso Cueto refiere que de alguna forma toda la literatura peruana contemporánea se podría catalogar como ‘literatura de posguerra’, pues nuestro país ha vivido, y vive, en un estado de guerra permanente.
Según el autor de "La Hora azul", la sociedad peruana es tan poco estructurada, y en ella conviven segmentos culturales y sociales tan distintos, que estamos en un estado de intento de dominación permanente.


Santiago Roncagliolo y novela premiada."Eso se puede ver en novelas de Alfredo Bryce, de Mario Vargas Llosa, de Jaime Bayly. Y lo ocurrido con la guerra contra Sendero Luminoso es que ahora han empezado a surgir relatos que tocan ese tema", precisa.
Cueto dice que, a su modo de ver, su novela va más allá de la guerra y se sitúa entre las enormes brechas sociales y culturales que existen entre nosotros.

"Mi novela se sitúa en un contexto de guerra, pero no necesariamente busco dar una respuesta al por qué de esa guerra. Un escritor escribe de lo que lo conmueve, lo que le llama la atención", sostiene.
Por su parte, Gustavo Faverón asegura no creer que estemos ante un fenómeno de ‘literatura de posguerra’, en el sentido estricto del concepto.

"La literatura responde a momentos sociales y a coyunturas, tanto como cualquier rama del conocimiento cultural. En el caso peruano, hay una larga y poderosa tradición de literatura de preocupación social, de modo que aproximarse al tema de la violencia subversiva y contrasubversiva es en cierto modo un reflejo natural dentro de esa tradición", dice.

Reflexionar sin juzgar
Según Faverón, la motivación que tuvo para compilar los textos reunidos en "Toda la sangre" fue la convicción de reflexionar sobre lo ocurrido; buscar sus orígenes, entender lo sucedido, y la idea de que en nuestra literatura están acaso las reflexiones más interesantes que se han producido hasta ahora sobre esa violencia que nos ha marcado recientemente.
En ese sentido, Ponce manifiesta que si bien se siguen escribiendo investigaciones sociológicas, históricas y periodísticas sobre los mismos temas, estos no tienen la contundencia de una obra literaria.


Ponce afirma que estamos buscando explicar esos desencuentros que llevan a la violencia."Esos trabajos no pueden sustraerse a la condena o a la aprobación, a la condena o al rechazo", aclara.
Cueto reconoce que las etiquetas son necesarias para entender el contexto de una obra literaria, pero se resiste a dar a su trabajo reciente la etiqueta de ‘literatura de posguerra’. Dice que intentar calificarla incluso de ‘literatura comprometida’ ahonda más esa percepción equivocada.
No obstante, Faverón niega que haya ese compromiso social, por ejemplo, en novelas como "Abril rojo", de Roncagliolo, que apelan al tema de la violencia política como un rasgo entre varios de la trama.

"Existe, sí, en la gran mayoría de quienes se han acercado al tema, una conciencia clara de que es un asunto sensible que merece una aproximación meditada y responsable; una conciencia de que el tema es vital y que sigue latente: quizá por eso, precisamente, es tan difícil llamar a todo esto ‘literatura de posguerra’: mientras las causas de la violencia sigan allí, es un tanto apresurado decir que la violencia ya terminó", señala el crítico literario.

España y Japón
Dos ejemplos de la literatura producida después de conflictos largos y sangrientos pueden apreciarse en aquella desarrollada en España y Japón. En la península ibérica, la guerra civil sumió a ese país en una gran depresión, pero entre los años comprendidos entre el final de la guerra y la muerte del dictador Francisco Franco, un numeroso grupo de novelistas, poetas y dramaturgos, algunos en el exilio y otros en el terruño, configuraron una literatura que iba desde el esteticismo hasta la denuncia social. Los nombres de Francisco Ayala, Rosa Chancel, Camilo José Cela, Alejandro Casona, sobresalen. En el caso de Japón, la guerra con Corea y la segunda guerra mundial marcaron el derrotero de la obra de escritores como Yukio Mishima, Noma Hiroshi, Sata Ineko, hasta llegar a Kenzaburo Oé.

Tomado del Diario La república

Sunday, November 19, 2006

Los libros no devueltos

Por: Jaime Abanto Padilla.

Debo tener mil libros en mi biblioteca, durante años una de mis grandes pasiones fue la lectura, fui acumulando libros nuevos y usados en estantes rancios y cultivando las ideas de sus autores en la medida de lo posible. Pero de los mil libros una parte son herencia familiar, otra parte que es la más amplia es el resultado de adquisiciones en librerías y bazares y en baratas de toda índole, un sector más modesto corresponde a libros que me fueron obsequiados y un sector más pequeño involucra al lado oscuro de mi biblioteca. Son los libros que me fueron prestados y nunca devueltos, esos libros que habitan el lugar sombrío de la estantería y que llevan el estigma de ser ajenos aún estando varios años conmigo.
Pero como quién a hierro mata, a hierro muere, no estuve exento de ser una víctima también. Digo que mi biblioteca debe tener mil libros, pero debería tener mil cincuenta y dos. He sido víctima de cincuenta y dos préstamos irresueltos como castigo por aquellos hurtos que cometí, la vida nos devuelve con creces lo bueno o lo malo que le damos y a mí me reflejó con creces esa acción. Mi pillaje no asciende a diez tomos, no trato de minimizar mi falta, la confieso y al confesarla cierto cargo de culpa se aligera.
Se suele decir que no se sabe a ciencia cierta quien es más tonto, si el que presta un libro o el que lo devuelve, por lo que deduzco que en mi entorno está bien arraigado ese dicho. Pues hecho el préstamo viene el olvido, pasado un tiempo se borran con sutileza los nombres que pudieran delatar su antiguo propietario y finalmente un nuevo forro finiquita la oficiosa labor de apoderarse de un bien ajeno.
Tengo, o debo decir tenía como precaución una vieja libreta en la que anotaba los libros que he prestado, fecha, nombre del libro y nombre de la persona a quien presté el bien, sin embargo esas precauciones resultaron inútiles para eso cincuenta y dos libros, pues sé quien tiene cada uno de ellos y desde cuando pero no he creído prudente dar el primer paso. La libreta en mención estuvo extraviada en un vetusto maletín que no había revisado por años. La lista es larga y hay algunos libros que honestamente habían quedado sepultados en los resquicios de mi memoria. Gran parte de ellos están en poder de mis buenos amigos los poetas y escritores y otros en amigos que no he visto por mucho tiempo, una que otra novia que el tiempo se ha llevado y con ellas mis libros.
Pero hace un buen tiempo descubrí una fórmula infalible, se trata de algo muy simple. Cuando alguien me pide prestado un libro, lo justo es hacer un intercambio, así, cada vez que veo el libro ajeno recuerdo el que ha ido en compensación. Si ese alguien decide no devolverme el libro yo decido por lo mismo y estamos en un virtual empate. Hay consideraciones que se deben tomar en cuenta, como que el libro que va sopese con el libro que queda; no sería justo cambiar el Quijote con un libro de Beto Ortiz. De cualquier modo, desde que aplico este método mi Biblioteca ya no se ha visto mermada, han aparecido nuevos libros y perdido otros en ese trueque afable pero no he perdido ejemplares ni he sido víctima de pillaje alguno.
En las bibliotecas hay un gran porcentaje de hurtos de libros no devueltos que el paso del tiempo se ha encargado de saldar. Un libro ya leído puede ser un libro de consulta en el futuro porque la mente es frágil y olvida pronto y solo quedan los libros como testigos de un tiempo ido y de aquellos seres que los escribieron. Un libro es un amigo, cuando los recuerdo extraño a esos cincuenta y dos amigos que ya no están conmigo. Perdí el libro, perdí el amigo hoy solo queda esperar el olvido.

Saturday, November 18, 2006

Calle Colón Cuadra Cuatro


Por: Erika Almenara

Un auto que retrocede y unas piernas que se detienen a mitad de una vereda miraflorina. La noche ha hecho desierta la cuadra cuatro de la avenida Colón. Nadie la mira, Antonia decide subirse al Mercedes plomo.Deja las bolsas en el asiento trasero, se pone el cinturón y entonces cierra la puerta. Él la mira buscando su mirada, por fin ella voltea y nerviosa intenta una sonrisa que Alfonso detiene al besarla. Ella toma su cabeza canosa y mientras sus labios emprenden la lucha, el auto que viene detrás, los cohíbe con su bocina.Alfonso decide frenar el impulso mientras Antonia seca sus labios. No hay palabras camino al hostal, sólo dedos que se pierden entre dedos.
Llegan y con un gesto que Alfonso plantea desde el auto, se abre el portón. Estaciona el auto y mientras recoge las llaves, descubre a Antonia recostada en el asiento observándolo, otro beso más y mejor apúrate Alfonso que ahorita me vengo…El ascensor, las miradas dirigidas hacia partes precisas y por fin el piso nueve. Las llaves, la prisa y las piernas de Antonia apretadas al pantalón. Esta es la última vez, se dice ella mientras desde la cama mira a Alfonso desatarse la corbata. Cae la camisa, cae la blusa, los pantalones que liberan las piernas que Alfonso comienza a besar, el sostén, la camisa, la piel.
Encabalgada, Antonia repite que es la ultima vez y Alfonso mordisqueando sus pezones, resume su incredulidad. Caen los parpados de Antonia y las carcajadas que vienen a continuación reafirman a Alfonso lo buen amante que es. Ahora ya puede, en contracciones dejarse vencer, desapretar la mente, soltarlo todo.
Dos días después, cuando la Calle Colón, Cuadra Cuatro se encuentra nuevamente a oscuras, el Mercedes plomo vuelve a retroceder y las piernas de Antonia se detienen.

Friday, November 17, 2006

DULCES Y LICORES TRADICIONALES DE CAJAMARCA


Antares, artes y letras.Gracias a Antares y a la Dirección de Turismo en Cajamarca llega esta novedosa publicación sobre los siempre atractivos dulces y licores cajamarquinos. Son más de 100 recetas las recopiladas por Marcela Olivas y Nancy Roncal. Este libro descubre los secretos de la repostería basados en una tradición gastronómica criolla, donde el valor mestizo toma punto.

Thursday, November 16, 2006

Ratones probarán la comida en Pekín 2008 para evitar envenenamiento de atletas




PEKÍN. Las autoridades chinas utilizarán un peculiar método para evitar que cualquier atleta sea envenenado durante los Juegos de Pekín 2008: ratones probarán la comida un día antes de que sea servida.

Muestras de leche, alcohol, ensalada, arroz, aceite, sal y los aliños pasaran por el paladar de los roedores antes de ser convertidos en alimentos para la villa olímpica, según publicó hoy la agencia estatal china Xinhua.

Según Zhao Xinsheng, uno de los responsables de salud de Pekín, se eligió a ratones porque reaccionan a la comida en mal estado o a los venenos en menos de 17 horas, más rápido que cualquier otro medio de prueba como las bacterias.

Toda la comida destinada a ser servida en la villa olímpica será guardada con seguridad, centralmente controlada y repartida en vehículos especiales bajo vigilancia de la seguridad pública y de empleados de las autoridades sanitarias.

Los almacenes de comida estarán equipados con alarmas, cámaras de seguridad y detectores de humo. Las cocinas estarán vigiladas las 24 horas del día.
La mayor parte de la comida será de estilo occidental, aunque también habrá platos típicos chinos, según explicó Zhen Xiaozhen, del comité organizador de los Juegos (BOCOG).

Antes de final de mes comenzará el entrenamiento de los inspectores de sanidad sobre la comida occidental. Algunos productos, como el hígado, están ya excluidos del menú olímpico porque podrían contener sustancias que llevarían a los atletas que lo consumiesen a dar positivo en los controles antidoping.

"Las aves y el ganado son normalmente alimentados en China con aditivos que contienen hormonas prohibidas en el deporte", afirmó Yang Shumin, uno de los responsables de los controles antidoping.
A principios de 2006, Yang afirmó que el BOCOG debería fijar "unos mínimos estrictos" para los proveedores de carne y otros productos animales para los Juegos. "Deberían prohibirles usar aditivos que pudiesen dar problemas con el doping".

Fuente: DPA


A los socios y amigos de
Antares, artes y letras
Viernes, 15 de Diciembre
Luna menguante
a las 7.30 de la noche
Inauguramos

la muestra
TODO SAMACA

Huarangos, zapallos, pallares, aceitunas,
tomatillos; envasados, secados; telares;
libros, cuadros, perfumes, caligrafías,
discos, joyería, fotos, videos, sandalias,
licores, arqueología, abejas, crepúsculos,
poesía, etc, etc, etc.


Cancha y pisco

Los esperamos:
Paseo de la República 5864 Miraflores
Esq. Av. Benavides con Vía Expresa

INVITACION DE PEPE COLLANTES


ESTE VIERNES 17 NUESTRO AMIGO Y ARTISTA PEPE COLLANTES ESTARÁ OFRECIENDO UN LINDO
RECITAL DE PIANO.
AQUÍ LA INVITACIÓN QUE EL MISMO NOS HACE:

Reciban un saludo muy cordial de mi parte y a la vez deseo invitarlos al Concierto que brindaré este viernes con dos amigos músicos: el Baterista pequeño-grande talento, Roberto Céspedes (9 años) y el eximio Saxofonista, Gabriel Villavicencio.

Agradecemos primero a Dios por el privilegio que nos da para predicarlo por medio de la música, agradecemos también a todos ustedes por su presencia que nos alegrará muchísimo como músicos esa noche y agradecemos muy de veras al INC de Cajamarca por su auspicio en el mencionado evento musical.

Este Concierto tiene por título: "Concierto por la Amistad" para motivarnos a ser buenos y verdaderos amigos, y a no actuar ingratamente (shshshsh, disculpen porque a veces fallo un poquito en esto último ). Bueno, necesitamos brindar una amistad verdadera a nuestro prójimo como lo hace Jesús cada día con nosotros.

Además recordemos que este 19 de noviembre, tendremos un nuevo alcalde en Cajamarca y los candidatos no deben tener como enemigos o rivales a los otros, sino ponerse en manos de Dios para que se haga su voluntad en estas elecciones.

Se dice que "Cada pueblo tiene el gobernante que merece, porque es su gente quien lo elige. Que Dios nos bendiga entonces para votar por la persona más Servicial y Generosa .

Un abrazo y bienvenidos al Concierto entonces (relájemonos un poco con la música )

Atentamente,
Pepe Collantes Cubas (The dolphin)
Telf. 9 315280
"Concierto por la Amistad"
Teatro Cajamarca
7.30 p.m.
Ingreso Libre
NUESTRA PRESENCIA SIGNIFICA EL RECONOCIMIENTO
Y APOYO A SU ARTE Y TALENTO

Wednesday, November 15, 2006

ARTÍCULO INFORMATIVO SOBRE EL CLARÍN CAJAMARQUINO


No hay fiestas tradicionales, ni en el campo ni en la ciudad, sin música. Los clarineros, acompañados de los cajeros, que tocan también las flautas, dan un ritmo y cadencia original a las celebraciones cajamarquinas.
El clarín o succha[1] es una trompeta traversa de unos 3 a 4 m de largo, confeccionada con caña de carrizo de una sola pieza. Cuando está seca y madura se perfora y se pule. Es el típico instrumento cajamarquino por excelencia. En un extremo se coloca la boquilla del mismo material, que mide entre 10 a 15 cm por donde se sopla el instrumento.
En el otro está el pabellón sonoro, que es un poto, mate o calabaza. Se suele reforzar la caña, amarrándola con tripas de res secas o con pitas. ([1] Ravines, Rodolfo. Instrumentos musicales de Cajamarca, en Revista Pallay, N° 9). El origen del Clarín es desconocido. Los cronistas de la conquista no lo mencionan. Posiblemente su antigüedad se remonta a los siglos XVII o XVIII, pues en 1784, el obispo de Trujillo, Jaime Martínez de Compañón en su visita a Cajamarca, nos ha dejado el testimonio más remoto de este instrumento en una interesante acuarela que representa el acto de la siega. Es posible que identifiquemos dos clases de sonidos del clarín, pero ello se debe a la emotividad de quien lo toca, es así que en Chetilla, las notas son melancólicas y el de Porcón y Pampa de Cajamarca, son más alegres. Existen algunos homólogos del clarín, en el norte de Argentina y en Tarija, Bolivia. Sin embargo en el Perú, es Cajamarca la única ciudad que lo posee, convirtiéndose así en un instrumento invalorable que debemos difundir y preservar.
Cada ejecutor o clarinero es quien fabrica su propio clarín, sin embargo hay toda una mística para hacerlo, son ellos mismos los que escogen sus materiales, la caña o el carrizo que utilicen deberá crecer en la Conga, que es un lugar seco que se encuentra en la cima de los cerros donde el agua cae hacia abajo, hacia la pendiente, sin empozarse, la caña que crece allí es mucho más compacta y ello ayuda a que el instrumento tenga quiebre melódicos.Esta construcción del instrumento hace que exista un acercamiento especial entre el hombre y su clarín, implica cierto respeto y cariño. Para tocar el clarín, el músico lo “emborracha” antes, introduciéndole chicha o cañazo. Los labios del ejecutante trasmiten la vibración al aire contenido en el instrumento.
El esfuerzo físico es notable porque hay que sostenerlo en el aire, en posición diagonal hacia arriba, y soplar con fuerza, por la boquilla, para obtener los sonidos adecuados. El clarinero suele llevar una faja tejida en la cintura que le protege el estómago. Toca en las ceremonias religiosas, las festividades sociales y en las faenas agrícolas. Es común en Porcón y Chetilla y en los alrededores de la provincia de Cajamarca. Por lo general el Clarín va acompañado de otro instrumento llamado caja, y cuentan los campesinos que al sonar ambos se entabla una conversación y que dice así:Clarín: Mañana que comeremos Caja: cancha con mote, cancha con moteClarín: Con qué lo asentaremosCaja: con chicha e jora, con chicha e joraEs la caja la que le da también ritmo al sonido peculiar del clarín, a ello se une además el canto agudo de las mujeres que van acompañándolo. Se toca el Clarín en ceremonias religiosas, festividades sociales y en las faenas agrícolas, pero antes de ser tocado, el clarinero “emborracha” su instrumento introduciéndole chicha o cañazo y para que este se adhiera mejor a la boca, el clarinero se pasa rocoto por los labios de manera que éstos se hinchen y, según dicen “así suena mejor”.
Es hermoso escuchar y ver al clarinero tocando su clarín, es una fusión, una amalgama entre el hombre y el instrumento. Otros instrumentos típicos de la región y que suelen acompañar al Clarín son la flauta y la caja.Las FlautasLas flautas cajamarquinas son de dos tipos: la silbadora, de timbre suave y la áspera roncadora; ambas tienen muescas o escotadura superior, lengüeta y perforaciones: dos en la cara delantera y una en la posterior; la silbadora es completamente recta y mide 60cm de largo. La Roncadora es curvada y mide 85cm, lo que le da un sonido grueso y ronco. Para la construcción de ambas se utiliza madera madura de sauco.La cajaEs un pequeño tambor andino de doble membrana, cuyo aro es de maguey bien seco. Tiene, normalmente, un grosor de 25cm y un diámetro de 35cm. Las membranas o parches son de cuero de chivo, zorro o borrego. Cortadas y remojadas, se templan sobre el aro, gracias a las perforaciones por donde pasan los tirantes – en zigzag – como tensores.
Sobre la parte media de los parches se templan tres cuerdas vibratorias de pita para producir mayor sonoridad. La caja se bate con un palillo o baqueta denominado huactana. El cajero cajacho tañe su caja con una mano y, simultáneamente, digita la flauta con la otra. Su música es característica de la danza de Las Pallas. "En Cajamarca, los indios usan un instrumento ululante, el clarín. Es una larga caña, que el músico yergue como si quisiera lanzar su aliento al infinito, y por la cual se exhala un lamento de incurable pena. Transportada por el viento a largas distancias, esa queja suena como una emanación de la naturaleza. Vaga por el espacio sin que nadie sepa de dónde viene y suele poner en la infinita nostalgia de los atardeceres lluviosos y mustios, algo como el reclamo ignoto de un mundo todavía más triste". Mariano Iberico Rodríguez: "La música del indio”

CON GRAN ÉXITO SE DESARROLLO CONCURSO DE CLARINEROS

GANADORES DEL XIII CONCURSO DE CLARINEROS


El domingo 12 de Noviembre, en el Patio del Conjunto Monumental de Belén se desarrolló el XIII Concurso de Clarineros, donde participaron 16 clarineros de diferentes comunidades de Magdalena, Chetilla, Porcón, Jesús y Baños del Inca, teniendo como ganadores a:
Primer Puesto: Sr. Amadeo Saucedo Bardales, del caserío de la Huaraclla, distrito de Jesús quien se hizo acreedor a un diploma de honor, un saco de arroz, una bolsa de azúcar, un juego de Revistas “Espiga” y S/. 300.00 nuevos soles.

Segundo Puesto: Sr. Pablo Chilón Terán, del caserío Magalopampa del Distrito de Chetilla, se hizo acreedor a un diploma de honor, un saco de arroz, un balde de aceite, un juego de Revistas “Espiga” y S/. 200.00 nuevos soles.

Tercer Puesto: Sr. Juan Marcelino Pérez Fernández, del caserío Pata Pata del distrito de Pariamarca, se hizo acreedor a un diploma de honor, media bolsa de azúcar, un balde de aceite, un juego de Revistas “Espiga” y S/. 100.00 nuevos soles.

Mejor Traje Típico: Sr. Sergio Bardales Mendoza, del caserío de Pomabamaba en Jesús, quien se presentó con el tradicional poncho marrón, pantalón de lanilla negro, chompa crema de lana de carnero, llanques y sombrero de paja, y se hizo acreedor a un diploma de honor, media bolsa de azúcar, un juego de Revistas “Espiga” y S/. 100.00 nuevos soles.

Merecieron una especial mención los niños que participaron de este concurso, lo que significa mantener tan linda tradición de generación en generación.

Es importante mencionar que en esta ocasión, la directora del INC – Cajamarca, Lic. Marcela Olivas Weston, declaró al Clarín Cajamarquino como Patrimonio Cultural de Cajamarca, bajo la Resolución Directoral Nº 026-2006-INC-C/D. El jurado calificador estuvo compuesto por personas ligadas muy íntimamente al quehacer cultural y tuvieron un arduo trabajo para evaluar a los mejores clarineros del concurso, ellos fueron el Sr. Alejandro Vélez Abanto, Prof. Ezequiel Rojas Urbina, representante de la Escuela de Formación Artística "Mario Urteaga", Víctor Bardales León, Prof. Dolores Ayay Chilón, Director de la Academia Regional del Idioma quechua y el reconocido Jaime Valera Bazán.

Fue hermoso ver el Patio del Conjunto Monumental de Belén lleno de clarines que se alzaban al cielo emitiendo su ronca voz.

Agradecemos la ayuda desinteresada de empresas y personas que hicieron posible la realización de tan importante Concurso el mismo que fomenta y preserva el uso de tan singular instrumento musical, único en el Perú. Las empresas auspiciadoras fueron: E&M, construcción e ingeniería, arqueología y medio ambiente, Fotoandina, Municipalidad Provincial de Cajamarca, Minera Yanacocha, El Roncerito, Supermercados el Centro y El Quinde Shopping Plaza.

Con el ruego de su difusión - Oficina de Comunicaciones / INC – Cajamarca

PRESENTACION DE LIBRO



LIBRO: LOS ESCRITOS DEL OIDOR (Fondo editorial Municipalidad de Cajamarca y Ediciones Petroglifo, 2006), 215 p. A5 –
http://librosperuanos.com/html/articulo_galardonados.htm

AUTOR: William Guillén Padilla - http://www.geocities.com/wguillenpadilla

LUGAR: Campo Santo Complejo Monumental de Belén (INC), Cajamarca, Perú.

FECHA: JUEVES 7 DE DICIEMBRE 2006 - 8:00 pm

PARTICIPAN: Miguel Garnett, Bethoven Medina Sánchez, Alfredo Mires Ortiz.

PRESENTAN: Municipalidad Provincial de Cajamarca, Instituto Nacional de Cultura y Centro cultural "El Patio Azul"

LUGAR: Campo Santo Complejo Monumental de Belén (INC), Cajamarca, Perú.

FECHA: JUEVES 7 DE DICIEMBRE 2006 - 8:00 pm

PARTICIPAN: Miguel Garnett, Bethoven Medina Sánchez, Alfredo Mires Ortiz.

PRESENTAN: Municipalidad Provincial de Cajamarca, Instituto Nacional de Cultura y Colegio de Ingenieros del Perú.

Cuerpos menguantes



Por: Érika Almenara Avalos.

El cuerpo de Andrea es liviano, se pierde. Su pelo verdoso se torna amarillo cuando el lacio derramado entre sus hombros cambia de posición a cada golpe, a cada convulsión, a cada latido. Ella no sabe de posiciones, para ella sólo existe una. Le gusta siempre abajo porque disfruta de ese cuerpo, de ese peso duro sosegando su propia existencia.Sus piernas delgadas, todavía jóvenes, se sienten troncos sosteniendo la copa de un árbol demasiado maduro. Sus pies caminan entre el aire helado que se respira afuera de la cama pues dentro de ella todo es sofocante. Sus brazos se creen ramas estiradas, golpeando la cabecera de la cama. Sus venas cobran mayor presencia y son ríos de sangre azul que se dilatan en la vibración de su piel por querer estallar. Sus pechos apretados contra sus mismos pechos cobran vida al sentir la presión de ese otro que sube y baja, que murmura y calla entre violento y delicado.

Andrea prefiere mantener los ojos abiertos, fijados en la pupila que parece agrandarse al mirarla. Él no habla. Se pierde en susurros que arroja hacia sus orejas mientras las mordisquea, mientras intenta arrancar sus perlas con los dientes, esos dientes agudos que anida una boca delgada. Una boca perfecta que apaga su propia boca, que hace brotar al silencio porque ellos buscan silencio en aquella pugna, en aquella negociación.

Cuando el espacio se recoge en un sólo instante que tiende a lo infinito, las paredes amarillas de la habitación iluminan el cuerpo de ambos, Andrea mira los búhos sobre la repisa que parecen celebrar su descarga, la luna que cuelga de una esquina pasa de cuarto menguante a luna llena. Llena como ella por ese furioso sabio ceniciento que pronuncia su nombre como denunciando verdades, como auxiliándola en la caída que él mismo establece, que él mismo crea porque este hombre es casado, este hombre es casado se repite Andrea cuando ya para ella todo ha terminado y la luna vuelve a cuarto menguante y los búhos cierran sus ojos.

Después, ella siente que la carga la abandona y llega la fatiga y se pregunta por qué siempre tiene que ser así. Sabe que el deleite ha terminado por eso no lo mira a los ojos pero siente que la busca para pedirle perdón pero no dice nada, él ya nunca dice nada. Luego sabe que una nueva despedida se aproxima pues con los ojos cerrados lo siente trajinar, él está inquieto y no la toca entonces ella decide abrir su boca por única vez para anunciarle que debe irse porque los hijos están por llegar.

Esta vez, lo mira levantarse, abrigar su cuerpo con pantalones largos y oscuros, abotonarse la camisa y acomodarse el pelo. Él voltea y ella se siente descubierta pero sonríe, lo mira sonreír también y al escucharle decir “mañana nos vemos” ella piensa ¿qué más da?

Tuesday, November 14, 2006

La deuda que saldó tu mirada.


Por: Jaime abanto Padilla.

La deuda que saldó tu mirada.

Después de mucho tiempo he vuelto a encontrarte, después de años. La última vez que te vi fue en una calle descolorida en mi memoria. Apenas nos miramos y volvimos a extraviar las miradas como arrepentidos por volver a encontrarnos. Y hoy he vuelto a verte como antes, como hace doce años en que te llevaste algún poema para siempre, porque nuestro amor era casi clandestino, casi real, casi verdad y casi mentira, porque mi vida es un casi perpetuo como esos jaques que suceden en el ajedrez para no perder la partida.

He vuelto a verte como antes, cuando alguna vez caíste dormida en mis brazos, caíste, es un decir, era otra edad y otras mañanas nos aguardaban, esas tardes en que éramos cómplices de furtivas prácticas de biología que nunca se daban, esas tardes ya pasaron, ya pasaron los días en que tomabas tu bata blanca de laboratorio para llegar hasta donde nos encontrábamos. Para decir que nos amábamos, para inventarle nombres nuevos a las cosas.
El tigre de felpa que era un juguete de aquellos días murió un día despanzurrado en las manos de un niño juguetón, ese día los recuerdos que dormían en mi mente también empezaron a morir tupidos por la niebla de los días. Después que te fuiste las rosas empezaron a morir, las siemprevivas dejaron de serlo y su deceso empezó lentamente hasta caer en briznas moradas sobre el tapete de la vieja mesa.

Por eso Liz, nunca fue ese tu nombre pero era la palabra que te daba alas y te hacía llegar a Némesis, la estrella, porque en el fondo eras eso, una estrella alejada de todos y que después desapareció uno años cuando fuiste a otra ciudad a estudiar otra carrera que no sea la de Filosofía ni la Biología y nuestras blancas batas de laboratorio quedaron colgadas eternamente en el olvido.

No he vuelto a saber de ti hasta esta tarde en que el destino nos puso en frente. No sabía si debía mirarte o no. Después de doce años las que creímos que alguna vez fueron heridas cerraron, o simplemente nunca existieron Némesis, por eso tu ojos se hundieron en los míos de nuevo y los míos se perdieron en tu universo. Ya no somos esos jóvenes silenciosos que bebieron agua de una piedra una mañana de sed. Tampoco diseccionamos ranas ni aves en aburridas clases de biología. Hoy otro tipo de diseccionistas nos abren el alma para ver nuestras reacciones, el tiempo se encargó de jugar a la disección con nuestras vidas. Por eso te he mirado como ayer, emocionado por el brillo de tus ojos como antes, por tu rostro de niña feliz y mirada tierna. Mañana puede ser tarde para decirte que te anduve buscando en soledades y abandonos, que no he olvidado las últimas promesas de una tarde que llovía.

Los días que pasaron fueron lecciones aprendidas y aún hubo tiempo para encontrarnos de nuevo, para evocar tus manos mensajeras escribiendo versos en el infinito y tu risa inundando la casa que no era nuestra, esa casa donde habitaba el eco de diciembre, del mismo que nos fue negado después.

Aún hubo tiempo Liz, de decirte que lamento las horas de ausencia que te di, las promesas incumplidas y de no haber tenido ganas de ser feliz. Tu mirada le ha devuelto a las tardes una alegría que había quedado detenida, como una deuda de vida que hoy con tus ojos ha sido pagada.

Ventanal Nocturno al viaje de Caín


Con las últimas lluvias te largaste
y entonces yo creí
que para la casa más aburrida del suburbio
no habrían primaveras ni otoños ni inviernos ni veranos.
Pero no.
Las estaciones se cumplieroncomo estaban previstas en cualquier almanaque
Y la dueña de la casa y el cartero no
me volvieron a preguntar
..............por ti.

Antonio Cisneros.
1
A ti, que a esta hora debes habitar algún suburbio.
Después de la tarde,
Entre tus manos las avenidas se hacían pequeñas
Para el regreso,
En el centro de la casa había un hoyo de soledad que reflejaba
Un mañana sin mañana
Y las moscas desde la ventana contemplaban los últimos días del hogar,
El ruido inmediato,
Desposeído,
Se apoderaba de los rincones donde las arañas dormían el último invierno cálido de ayer,
Unas flores sobre la mesa
Desataban el recuerdo del jardín ya sin fragancia
Y un frasco de Nescafé casi vacío como nuestras vidas
Meditaba seriamente sobre su jubilación adelantada.
Para el último recibo de luz sobre un mueble abandonado
La sentencia definitiva le había sido dada
Y la poca luz de los días de aquel setiembre
Ya nadie nos facturaría nuca más.
El perfil de las tardes de aquel entonces
Llegaba como un incendiado crepúsculo desde el oeste,
Nuestras sombras alargadas por la pena de lo irremediable,
surcaban infatigables las últimas horas del hogar.
Por eso la navidad fue tan vacía en aquel año
Y tan insípido el amarillento año nuevo
Porque los días sabían que sería el último en que tu aliento acariciara mis noches
Por eso el cartero cansado de golpear tantas veces sin encontrar a nadie
Se cansó al ver las tardes vacías
Y decidió regresar jamás.
Nuestro ayer ya había sido llevado a otra casa vacía
En una tarde de ausencia
Con nuestras últimas maletas para siempre.
En el lugar de la malva, florecía un macetero vacío
Y en los cordeles de la azotea
Nuestras tardes de enero estaban ahorcadas sin retorno.
Por eso cuando veo que el invierno atraviesa de nuevo las tardes
Frente a un frasco de Nescafé casi vacío
Me acuerdo de ti
Y de los últimos días
Y persigo a las moscas para olvidar tus ojeras.

J.A.Padilla.

Monday, November 13, 2006

Los secretos de la tía Inés


Por: Jaime Bayly

Mi tía Inés enviudó hace dos años o poco más. A su esposo Juvenal le dio un infarto mientras fornicaba en un hotel con una prostituta de lujo. La noticia salió en los periódicos, en las páginas policiales. El chisme era demasiado bueno y se esparció deprisa, era inevitable. Mi pobre tía quedó desolada. Ya era una mujer mayor, de casi sesenta y tantos años. Había dedicado toda su vida a servir y cuidar a su marido, y de pronto se le murió así, con escándalo policial, sobre el cuerpo cálido de una mujer alquilada. La tía Inés guardó luto riguroso. No salió de su casa durante un mes. Tenía miedo de que sus amigas del club, de la parroquia, de los naipes, se burlasen de ella porque toda la ciudad supo que el tío Juvenal, un empresario respetado, colapsó jadeando sobre una prostituta jovencita en el hotel Sheraton del centro de Lima. Ella, mi tía, había sido muy religiosa toda la vida, de misa los domingos sin falta y rezarle al Señor de los Milagros en octubre y hasta vestir el hábito morado en casa, pero cuando su marido murió en tan bochornosas circunstancias, sufrió una crisis de fe y dejó de rezar.
Un domingo, sin embargo, regresó a la iglesia de Miraflores. Como siempre, se encargó de pasar la canasta de la limosna. Al terminar de recoger las donaciones de los fieles, sufrió un impulso ciego, repentino. Entró al despacho del cura con la canastita, vació todos los billetes y monedas en sus bolsillos y se retiró encantada, eufórica, invadida por una felicidad plena y rotunda que no había sentido en años, quizá en décadas. En ese momento, la tía Inés descubrió –nunca es tarde para saber la verdad– que era atea y cleptómana. Desde entonces, se dedicó a robar con astucia y sigilo, por puro placer, siguiendo los oscuros dictados de su voz interior. Era una mujer rica, acomodada, que no necesitaba dinero. Robaba porque la hacía feliz, porque era una manera de sentirse libre, de emanciparse de todas las servidumbres estúpidas a las que se había condenado toda su vida para ser una mujer decente, honorable, respetada. Robaba porque ya no le interesaba ser una mujer decente.
Quería ser feliz. Y nada la hacía más feliz que robar. Dentro de las variadas y minuciosas modalidades de hurto que practicaba –en el supermercado, en ciertas tiendas exclusivas, en las bodegas de su barrio, en casas de algunos de sus familiares, a los que secretamente empezaba a aborrecer–, la que más le excitaba era robarle a sus amigas de toda la vida, con quienes jugaba cartas una vez por semana. Las reunía en su casa, les daba de comer, de beber, y, fingiendo que iba al baño, entraba al cuarto donde ellas habían dejado sus bolsos, sus carteras, sus abrigos y sobretodos, y se extasiaba robándoles un billete o dos con suma delicadeza y discreción, no fuesen a darse cuenta. Un día cualquiera, sin explicación alguna, la tía Inés se compró una moto colorada.
Siempre, desde muy joven, había escondido esa fantasía, la de montar una moto bien roja y veloz, y ahora había llegado el momento de concederse esa dicha largamente postergada. Como estaba en buena forma física, pues nadaba todas las mañanas en la piscina de su casa y tomaba polen y uña de gato y nunca había fumado ni bebido mucho alcohol, aprendió sin dificultades a montar moto. Era feliz surcando el malecón, acelerando, haciendo rugir su moto, sintiendo cómo el viento le despeinaba las canas. Porque la tía Inés no usaba casco, le parecía una mariconada, y había dejado de pintarse el pelo. Andando en moto cerca del mar, un muchacho tuvo la osadía de ofrecerle marihuana, y la tía Inés decidió, por qué no, fumarse un porrito. Esa tarde, sentada sobre su moto, detenida en una curva del malecón, mirando el mar oscuro allá abajo, algo cambió radicalmente en su vida.
La tía descubrió que, como robar, fumar marihuana le procuraba unos placeres secretos, inesperados. Y empezó a fumarla con la misma devoción con la que antes cuidaba abnegadamente a su marido. Como se había vuelto tan independiente y ahora gozaba de estar sola y entregarse a sus vicios privados, ya no le interesaba participar de las reuniones familiares, visitar a sus hermanas, asistir a los bautizos, primeras comuniones y cumpleaños, llevarles regalos a sus nietos. Descubrió –y no lo ocultaba– que los niños la irritaban de un modo inexplicable. No tenía vergüenza de decir a gritos: “Qué niño tan odioso, ¿alguien puede callarlo, por favor?”, incluso si no conocía al niño ni a su familia. Y cuando sus amigas celebraban el nacimiento de un bebé y decían que era precioso, que tenía la nariz del padre o los ojos de la madre, esas cosas que suelen decir las mujeres contemplando a un bebé, ella se impacientaba y decía: “Todos los bebés son iguales, tienen la cara chancada, y además no sé por qué las mujeres siguen pariendo, si el mundo es una mierda”. Como mi tía Inés decía esas cosas y la gente se escandalizaba y ella ya no toleraba a los niños engreídos y chillones, dejó de ir a los eventos familiares y se encerró en su mundo, aunque ocasionalmente participaba de alguna actividad social (principalmente bodas) con el escondido propósito de desvalijar a los anfitriones y llevarse algún cenicero de plata, algún billete arrugado, alguna chuchería fina que le entrase discretamente en los bolsillos. Esos años, sus años de atea, cleptómana, motociclista, fumadora de hierba y enemiga de los niños, fueron los más felices de su vida, y sólo fueron ensombrecidos, si acaso, por la culpa de haber descubierto tan tarde su verdadera identidad, después de tantos años de sumisión y sometimiento a las reglas no escritas del honor social.
Una mañana de verano, serpenteando por el malecón de Miraflores, presumiblemente bajo los efectos sedantes de un porro de marihuana, la tía Inés perdió el control de la moto y rodó por los acantilados. La Policía cubrió su cadáver con las hojas del mismo periódico que, un par de años atrás, hizo un festín desalmado a raíz de la muerte del tío Juvenal. En sus bolsillos encontraron dos joyas (que luego se descubrió que pertenecían a sus amigas de los naipes), chocolates y chicles (que había robado esa tarde de una bodega), una bolsa de marihuana y un papel con el teléfono de un muchacho llamado Rommel, que prestaba servicios sexuales a domicilio. Te echaremos de menos, tía querida.

Friday, November 10, 2006

Si el águila se renueva ¿Por qué los seres humanos no podemos hacerlo?



Por: Jaime Abanto Padilla

El águila es uno de los animales más longevos que existe, puede alcanzar hasta setenta años de vida. Pero cuando estas aves depredadoras llegan a los cuarenta años sufren uno de los momentos más críticos de su vida. Su grande y fuerte pico se curva hacia su pecho y se convierte en una herramienta inútil, sus afiladas y gruesas uñas se tornan frágiles, débiles y se doblan con facilidad, y sus plumas se vuelven duras y gruesas dificultándole el vuelo. Entonces el águila debe tomar una de las decisiones más significativas de toda su larga vida: O se deja morir con un pico torcido, frágiles uñas y gruesas y pocas plumas o se refugia en lo alto de una montaña.

Si opta por lo primero será cuestión de esperar que uno de sus más cercanos depredadores se acerqué y en la desigualdad de condiciones en la que se encuentra perderá cualquier batalla. La segunda es, volar hacia lo más alto de esa montaña y ponerse a buen recaudo por cinco largos meses. Lo primero que debe hacer es golpear una y otra vez el pico inútil en contra de las piedras hasta que éste se quiebre totalmente y caiga destrozado en varios días, luego debe esperar un par de meses a que le crezca un nuevo y más fuerte pico, con una curvatura apropiada. Una vez que tiene el pico nuevo empieza a arrancarse las garras una a una hasta eliminarlas totalmente. Luego de este proceso las uñas volverán a crecer con fortaleza y la dureza necesaria para aprehender a sus pesadas presas. Una vez concluida la operación debe proceder a sacarse las plumas una a una con su nuevo pico. Entonces un plumaje dócil y nuevo le crecerá en donde hubo un torpe plumaje.

Cinco meses habrán pasado para ello, cinco meses en que el águila se las debió ingeniar para almacenar alimento y sobrevivir en desventaja. Cinco meses después de los cuales habrá renovado su naturaleza y podrá lanzarse al vacío en un vuelo largo y sin temores. Con las alas abiertas, dejando atrás ese pasado solitario y de abandono que demoró cinco meses. Solo entonces el águila está renovada para vivir treinta años más. Solo entonces será capaz de continuar con sus días de vigilancia y de captura.

Tal como el águila, si los seres humanos tuviésemos esa capacidad de rehacernos. Pero no físicamente. Si tuviésemos la capacidad de rehacer nuestra vida, dejando olvidado el pasado que nos ata, rompiendo los recuerdos hostiles y tristes como el águila a su pico, dejando las cosas inservibles del ayer al doblar alguna esquina. Si dejásemos de echar de menos nuestra propia historia con sus recuerdos de amargura. La vida sería distinta, llegada cierta edad podríamos retomar con bríos los viejos caminos y volar, volar alto, hasta donde nadie pueda imitar nuestro vuelo.

La lección de vida del águila es algo sorprendente, imitemos a ella que detiene un tiempo su vida para continuar después de una pausa con nuevos horizonte y renovada de energía y sabiduría.

La Real Academia concluye Diccionario esencial de la lengua




MADRID. La Real Academia Española (RAE) acaba de concluir el "Diccionario esencial de la lengua española", una versión reducida del diccionario académico con la que las academias de los países hispanohablantes pretenden poner al alcance del gran público la labor normativa y lexicográfica que hacen.

Frente a las más de 87.000 voces que recogía la XXII edición del Diccionario de la Real Academia (DRAE), publicada en octubre de 2001, la versión reducida, que se presentará el próximo lunes, contendrá sólo los 54.000 términos con un uso documentado amplio en el español que se utiliza tanto en España como en Hispanoamérica.

El "Esencial", editado por Espasa, incorporará además las novedades que la RAE y sus veintiuna Academias asociadas han ido aprobando desde 2001 para la vigésima tercera edición del Diccionario, muchas de las cuales se pueden consultar en la página web de la Academia (http://www.rae.es/), donde se hace constar en cada caso si se trata de un nuevo artículo o de una simple enmienda.

Entre esas novedades figuran voces como "abrefácil", "autogobierno", "bulímico", "castrante", "farde", "internet", "salvapantalla", "desminar", "digitalización", y "mulá", es decir, el intérprete de la religión y la ley islámicas.

Desde 2001, y con vistas a la XXIII edición del Diccionario, las academias han dado el visto bueno también a dichos tan coloquiales como "estar al loro", "comer el tarro", "vender la burra" o "vender la moto", expresiones que figuran ya en la versión electrónica del DRAE y que podrían haber sido seleccionadas para el "Diccionario esencial de la lengua española".

Dentro de esa labor de constante renovación del DRAE, las Academias admitieron expresiones como "malos tiempos para la lírica", "llevar en el pecado la penitencia", "matar al mensajero" o "vaca sagrada", y enriquecieron, por ejemplo, las múltiples acepciones del verbo "cantar" con una procedente del lenguaje coloquial deportivo: "Dicho de un portero, fallar ostensiblemente".
El vocabulario deportivo de la vigésima tercera edición se verá incrementado asimismo con voces como "melé", tan habitual entre los aficionados al rugby, "hierro" (tipo de palo de golf), "trenzar" (esos "pases hábiles y brillantes" propios de los deportes de equipo) o "puerta", que en el esquí alpino designa el "espacio comprendido entre palos verticales paralelos que marcan el recorrido".

El diccionario también contiene numerosos ejemplos de uso y ofrece información en varios apéndices sobre la conjugación verbal, los extranjerismos y las reglas ortográficas más destacadas.

Fuente: EFE

Thursday, November 09, 2006

TROMPO





zumbando
zumbador
en medio del griterío
de “golpe macho” saltas a la palestra
soldado de las calles y del recreo en la escuela
revolviendo todo “el pique” con soberbio puntillazo
mágico danzarín fuerte comienzas a girar y girar
armado con el hálito y el coraje de tu domador
para no ser el vencido y ser el vencedor
giras y giras centrifugando tus trazos
gallardo caballero y batallador
zubayllu trompito zumbador
paladín de cantar delgado
empiezas con embriaguez
debilitado a trastabillar
caerás aletargado y
vendrán prestos
mano y cordel
leales amigos
te animarán
y con ágil
piececito
acerado
acaba
do
en
p
u
n
t
a
volverás a garabatear sobre la tierra
Gílmer Huayán Monzón

Una plegaria por Salman Rushdie


Por: Paul Auster

Paul Auster, autor de La trilogía de Nueva York y de La invención de la soledad, eleva aquí una oración que no sólo incluye a su colega Rushdie, perseguido por la cimitarra de la intolerancia, sino también a todos los escritores y escritoras, ``esa fraternidad secreta de solitarios, inválidos recluidos y extravagantes''.

Cuando me senté a escribir esta mañana, la primera cosa que hice fue pensar en Salman Rushdie. He hecho esto cada mañana por casi cuatro años y medio, y ahora es una parte esencial de mi rutina diaria. Tomo mi pluma, y antes de empezar a escribir pienso en mi colega novelista al otro lado del océano. Ruego para que siga viviendo otras veinticuatro horas. Ruego para que sus protectores ingleses lo mantengan oculto de la gente encomendada para asesinarlo -la misma gente que ya mató a uno de sus traductores e hirió a otro. Sobre todo, rezo para que llegue la hora en la que estas oraciones ya no sean necesarias, cuando Salman Rushdie sea libre de caminar por las calles del mundo como lo soy yo.

Rezo cada mañana por este hombre, pero en el fondo sé que también estoy rezando por mí. Su vida está en peligro porque escribió un libro. Escribir libros también es lo mío, y sé que si no fuera por los giros de la historia y por simple suerte, yo podría estar en sus zapatos. Si no hoy, quizá mañana. Pertenecemos al mismo grupo: una fraternidad secreta de solitarios, inválidos recluidos y extravagantes, hombres y mujeres que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo encerrados en pequeñas habitaciones luchando por acomodar palabras en una hoja. Es una manera extraña de vivir la vida, y sólo una persona sin alternativa la escogería como profesión. Es muy arduo, demasiado mal pagado, demasiado lleno de desilusiones para embonar en la vida de cualquiera. Los talentos varían, las ambiciones varían, pero cualquier escritor que valga te dirá la misma cosa: Para escribir un trabajo de ficción, uno debe ser libre de decir lo que tiene que decir. He practicado esta libertad con cada palabra que he escrito -y también Salman Rushdie lo ha hecho. Esto es lo que nos convierte en hermanos, y es por esto por lo que su predicamento es el mío.

No puedo saber cómo me comportaría en su lugar, pero puedo imaginarlo -o al menos puedo tratar de imaginarlo. Con toda honestidad, no estoy seguro si sería capaz de tener el valor que él ha mostrado. Su vida está en ruinas, y aún así continúa realizando la empresa para la que nació. Desligado de un hogar seguro tras otro, separado de su hijo, rodeado por guardias de seguridad, va a su escritorio cada día y escribe. Sabiendo lo difícil que es hacerlo aun en las mejores circunstancias, sólo puedo mostrar mi admiración al respecto. Una novela; otra novela en preparación; una serie de extraordinarios ensayos y discursos defendiendo el derecho humano básico de la libre expresión. Todo esto es muy notable, pero lo que en verdad me asombra es lo que hay en la cumbre de este trabajo esencial: se ha tomado el tiempo para revisar libros de otros autores -en algunos casos incluso escribir entusiastas notas promoviendo libros de autores desconocidos. ¿Es posible para un hombre en esta posición pensar en alguien además de él? Sí, aparentemente es posible. Pero me pregunto cuántos de nosotros podrían hacer lo que él ha hecho, con las espaldas contra esa misma pared.

Salman Rushdie está luchando por su vida. La lucha ha prevalecido por cerca de media década, y no estamos más cerca de alguna solución que cuando la fatwa fue lanzada. Como muchos otros, deseo que hubiera algo que pudiera hacer para ayudar. La frustración aumenta; la desesperación aparece; pero dado que no tengo el poder ni la influencia para afectar las decisiones de los gobiernos extranjeros, lo único que me resta es rezar por él. Lleva la carga por todos nosotros, y no puedo pensar en lo que hago sin pensar a la vez en él. Su apuro ha capturado mi concentración, me ha hecho reexaminar mis creencias, me ha enseñado a nunca tomar la libertad que tengo como garantía. Por todo ello, tengo con él una inmensa deuda de gratitud. Apoyo a Salman Rushdie en su lucha para recuperar su vida, pero la verdad es que él también me ha respaldado. Quiero agradecerle por esto. Cada vez que tomo la pluma, quiero agradecerle.

Traducido del inglés por José Abdón Flores
Tomado de: The Art of Hunger
Foto: Omar Meneses/ Archivo La Jornada

MI PADRE SIEMPRE TRISTE AMANECIA




Mi padre siempre triste amanecía
Con las frías tijeras a las rosas
A enseñarles el camino
De sus tallos verdes,
De sus tristes hojas
Y las miraba siempre
Largas horas
Como si las viese crecer en su recuerdo.

La cucarda creció una mañana
Tanto,
Que mis manos no pudieron alcanzarla
Y creció el manzano
Más inalcanzable
Y la planta de cedrón
Perfumaba nuestra casa de recuerdo
Y en el centro había
Un higo
Que prefirió morirse de tristeza.

Mi padre siempre triste amanecía
Al balcón vacío de esta tarde,
A ver crecer las rosas
Y las piedras amarillas
Esculpiéndose en la calle
Y un día crecimos tanto
De distancia
Que sus manos no pudieron alcanzarnos
Y allí en la casa se quedaron
Los recuerdos de tristeza,
El manzano y la cucarda.

J.A. Padilla

Wednesday, November 08, 2006

CAMA


Por:Fransiles Gallardo Plasencia

Entrando, a la mano derecha, está la cama de eucalipto. Grande, dura y fuerte; como las cosas que se hacían antes “pa que dure bastantito”, que el viejo Joshua la ha mandado hacer, con su compadre Armando Gavilano “el más mejor carpentero”, de la provincia de Condormarca.

- “Pa que siacuérdeste, siempre de mi, compadrito y dejuro, osté se morirá y las maderas ni picadas estarán, lo digo yo, su compadre de tantos años”.

“Ño Armandito”, como gusta que le digan; no comienza el día, ni cierra trato alguno, ni empieza cualquier trabajo; sin meterle “siquiera un parcito de guaracazos de cañazo, pa la espiración y el pulso y pa que las cosas salgan bien hechas y derechas o sideno”; aunque a veces, se le pasan los guaracazos de cañazo y termina con las uñas negras o lo que es peor, sin uñas y con los dedos amarrados con trapos de colores.

- “Poniendo la clavo derecho, derechito, cerrando la ojo, apuntando bien y zass pum un martillazo, no en la clavo maldecido, sino en la dedo; yayau, barajo, yayauu”-metiéndoselo a la boca, salivita echando, sobándolo, pujando y ajustándolo entre las rodillas, para aliviar el dolor- “cacau mi uña, pajuera ley teniu que sacar”.

En esa vieja cama de eucalipto, nacieron sus doce hijos. Solo sobrevivieron seis.

- “Se murieron los más mejores y nos quedamos los más peores”- comentaría
años después, con nostalgia y tristeza el Segismundo.

Sigue igual de fuerte y dura; descolorida y no tan grande, como nos parecía antes. Su colchón de sonja cocida, hecha a la medida “ por ño Juancito Guerrita, que a lomo de su burro diarriba del pueblo del Bautista lo trajo”, aún sobrevive, con huellas amarillas de su trajín “y que pué será de su vida; dejuro siabrá muerto ya, acacaucito, que Diosito se apiade de su almita”, y sus largas almohadas, rellenas de lana de carnero, que van de canto a canto.

Las sábanas y cubrecamas han cambiado. No son las de bramante ni género bordado, de las grandes ocasiones; ni las de marca “santa rosa o nicolini”, de los costalillos de harina de trigo “bien lavaditas pal diario, más que seya, servirán”, cocidas por mamá Beca, en la vieja máquina singer de mano. Las de ahora son de figuras geométricas, colores chillones y flores extrañas, que dicen made in Taiwán.

Tenemos predilección por esa cama. Nuestros miedos de medianoche se desvanecían, metiéndonos presurosos a los pies; sintiendo el calor y la presencia de los viejos queridos.

Nuestras siestas de mediodía, tienen el eterno sabor de la infancia.

Cuantos siglos de sueño habremos pasado sobre esa vieja cama. Infinitos llantos han soportado sus almohadas. Décadas de placer entre sus sábanas. Insufribles dolores de alumbramiento para parirnos. Ayes y lamentaciones por las enfermedades pasadas. La infinidad de veces, que la habremos orinado. Cuantos sueños se quedaron solo en sueños, en palabras marchitas, promesas no cumplidas y juramentos quebrantados.

Está desvencijada y desvalida; pero sigue en pie. Como el viejo palto de la huerta de la casa de la Playería: añoso, descascarado, menospreciado. Pero ahí está, floreciendo en cada primavera, dando frutos en cada verano.

La miramos nuevamente y la nostalgia como brisa de madrugada, invade nuestro golpeado corazón. La tristeza de sus maderos se cuela entre nosotros, haciéndonos temblar.

En tanto crecían los hijos; el viejo Joshua hacía las “parachas”, con horcones de espino y carrizo, que servirían de nuestras camas “grande estás ya cholo, paque duermas solo ya” y estrenábamos cama nueva “pa dormir panza parriba, panza pabajo y revolcarnos a nuestro gusto, roncando de lo lindo, sin que nadies nos friegue la vida”. Los pellejos “de las huishas y los chivos”, eran nuestros colchones. Las frazadas de lana de carnero merino, abrigaron inviernos lluviosos y madrugadas tibias, de nuestra lejana infancia.

Ahora, en otras latitudes; en residencias fijas o en hoteles de paso; entre edredones de seda y sábanas importadas, colchones ortopédicos y almohadas de plumas; buscamos y rebuscamos, el querendón aroma de la esa vieja cama y nunca jamás, pudimos encontrar.

En la lava de los difuntos viejos; mientras limpiamos la casa; siguiendo la usanza de la Playería; revolviendo tristezas, desempolvando recuerdos, hurgando nostalgias; el Segismundo, medio en serio, medio en broma, nos dice:

- “ Cuidadito, mucho cuidadito con el templador de mi mama, que tuavía sirve “,
a pesar del dolor que ensombrece nuestros corazones, sonreímos. Sabemos bien, que expresan esas frases; que hay detrás de esas palabras y cuanto significa para todos.

Esa cama tiene sesentaicinco años de historias mudas y recuerdos frescos, y probablemente nos sobreviva.

Si es que antes, no se deshacen de ella “ por estar vieja, ocupar sitio y ser solo
un triste estorbo”.

PRESENTACION DE LIBROS




Cajamarca se ha convertido en un eje cultural importante, en el norte del Perú no tenemos nada que envidiar intelectualmente a las ciudades de amplia proyección cultural. No hay una semana en que en nuestra ciudad no se presente un libro

El INC – Cajamarca, en su trabajo de apoyo y difusión de las manifestaciones artísticas de los pobladores de esta bella ciudad, invitan a todos los cajamarquinos a la presentación de dos interesantes publicaciones:

Jueves 09, el libro titulado, “Antes y Después Contra Natura - Antología Poética” de Manuel Rodríguez Gutiérrez, la misma que se realizará en el Ex Hospital de Varones del Conjunto Monumental de Belén, a las 7:30 de la noche.

Sábado 11, el libro “Para chatear con @polo” de Lúcido Boy Palacios, en el ex Hospital de Varones del Conjunto Monumental de Belén, a las 7:30 de la noche.

“Un producto literario está condenado a una muerte inútil y estéril si nadie lo lee; o, a la vida perpetua, y cada vez más enriquecida, si se lo reanima con persistencia mediante la lectura: las obras literarias se escriben para ser leídas, caso contrario, son meros objetos fríos e inertes, materia sin conciencia.” (Tomado de la publicación “Para chatear con @polo” de Lúcido Boy Palacios)

El ingreso es libre a ambas actividades culturales, por lo que vuestra presencia significará el reconocimiento a su esfuerzo y trabajo literario.
 

Eres el visitante Número:  

Tienda